5 de enero de 2020

El principe cubano




El príncipe cubano


Este personaje fue un perfecto “cabaretier” que tuvo a su cargo las relaciones públicas, del local, del manejo del personal y la presentación de los espectáculos el mítico chantecler. ¿De quién estamos hablando?:de Ángel Sánchez Carreño, el Príncipe Cubano, revisaba que los mozos vistieran un uniforme impecable, zapatos relucientes y un peinado correcto. También las alternadoras-coperas-eran controladas en sus uñas, pelo y vestimenta, que tenían que ser perfectos, y ninguna podía salir del local hasta que la función no finalizara; cafishios y amantes debían esperar luego de esa hora para buscarlas.
El apodo de Príncipe Cubano se lo puso Giovanna Ritana ( Jeannette), la bella mujer de Amadeo Garesio, un hombre nacido en Córcega, pero que había llegado a Buenos Aires con una compañía de trapecistas. Dicen que Garesio y Ritana regenteaban varios prostíbulos que al morir su propietario el Francés Charles Seguín, se habían quedado con el cabaré.
Sánchez Carreño, a su vez, bautizó a Juan D’Arienzo como el Rey del compás; parece que dijo, “Si yo soy un príncipe, usted es el Rey…del compás.
Sanchez Carreño compuso varias obras, entre las cuales se encuentran algunos tangos, entre ellos Metido al que la censura de la dictadura de 1943 obligó a cambiar a Enamorado, a Seamos amigos que musicalizó el bandoneonista Domingo Rullo, Siluetas por la tarde que fue grabado por el dúo Magaldi-Noda, Tortura, con música de Humberto Canaro que registro Rafael Canaro con la voz e Carlos Dante, El rey el compás que grabo D’Arienzo el 12 de septiembre de 1941.
Un 11 de febrero de 1971 nos dejó este emblemático hombre de la noche porteña, que quienes hemos deambulado por esos lugares no lo hayamos conocido



El Bandoneon


El Bandoneón
Breve reseña sobre los orígenes y el nombre del bandoneón.
Heinrich band nació en la ciudad de Krefeld, Alemania. Profesor de música y lutier, uno de los 16 hijos de Peter Band, también músico y comerciante  de instrumentos musicales, se desempeñó como cellista en una orquesta de su municipio y habría conocido hacia 1840 la concertina-creación de Carl Friedich Ufflig-instrumento que puede considerarse como el antecesor inmediato del bandoneón y lo incorporo a la agrupación musical en la que actuaba. Dicho instrumento despertó su interés, pero debido a la escasa extensión que tenia se sintió estimulado en perfeccionarlo. En 1843 se estableció con un comercio de venta de instrumentos, donde hacia 1846, habría pergeñado el bandoneón.
Los primeros instrumentos fabricados por Ban tenían 56 tonos con 14 teclas bisonoras de cada lado. Luego fabricó otro de 64 tonos y otro de 88. Roth considera que, básicamente, el bandoneón no es otra cosa que una concertina mejorada. con otra disposición en los teclados y sobre todo con una sonoridad distinta. Quizás por eso nunca fue patentado. Algunos amigos lo acompañaban económicamente en su iniciativa y con ellos conformó una pequeña empresa a la que llamara BAND UNION. de la que deriva el posterior nombre BANDONEON.
El bandoneón de 64 tonos contaba con 32 teclas, 17 del lado derecho y 15 del lado opuesto, y cada una de las teclas daba una nota distinta. El de 88 tonos tenía 44 teclas, 23 del lado derecho, o cantos y 21 del izquierdo, o bajos
Heinrich, contribuyó además a la difusión del instrumento con varias transcripciones de obras para piano adaptadas al bandoneón. Fue autor de algunos valses y polcas. A su fallecimiento el negocio siguió en manos de su esposa, primero con un socio y luego con su hijo mayor Alfred, quienes a través de su editorial publicaron “Escalas y acordes en todas las tonalidades mayores y menores para el bandoneón,” que fue una de las primeras obras de estudio aparecidas para el instrumento.



Continuacion…
Desde los albores de su fabricación, ha sido patrimonio casi exclusivo de Alemania, cuya fabricación se cuidaron muy bien de ocultar ciertos secretos, de manera especial lo ateniente a las aleaciones metálicas utilizadas en la confección de las lengüetas.
Ernest Louis Arnold (1828-1910) fue el fabricante de los bandoneones ELA que eran importados en la Argentina y vendido por Alberto Ohermann. Posteriormente la dirección de la firma paso a manos de sus hijos, hasta llegar al menor de ellos, Alfred (1878-1933), quien con toda la experiencia ganada desde sus primeros años fundo en 1911 la firma Alfred Arnold Bandonion, fabricante de los famosos y apreciados “AA” (“doble AA”). En las propagandas posteriores se lo indicaba como: “El único instrumento para una interpretación perfecta del tango argentino”
La fábrica ofrecía tres modelos: lisos, con media encajadura de nácar o sema nacarados y con incrustaciones de nácar completa. Después de la primera guerra mundial pasaron a ser importados por la casa Emilio Pitzer que tenía registrada su marca y por Luis Mariani

Antecesor inmediato    Bandoneón doble “AA”     
    del bandoneón :
     la concertina