6 de marzo de 2009

LA CICATRIZ DE CARLITOS

¿Hemos notado en alguna de las tantas fotos una cicatriz en el rostro de Gardel?
En su obra “Gardel en el Abasto” Rodolfo Omar Zatti, narra lo siguiente: Tomando como referencia a la denuncia que doña Berta radica en la División de Investigaciones de la Policía Federal Argentina el jueves 30 de enero de 1913, solicitando el paradero de su hijo, al que describe así: “Francés, de veintidós años , pelo castaño oscuro, ojos marrones, que tiene una cicatriz debajo de la oreja derecha, es grueso y alto, viste de negro, y desde el domingo que fue a las carreras no ha vuelto a su hogar”
Esa cicatriz probablemente la haya recibido en su juventud, durante sus andanzas por el Abasto, es diríamos un “barbijo”. La explicación de esa denuncia que hace su madre, posiblemente en la creencia de que Gardel sufriera una amenaza, Si observamos detenidamente vemos que tiene una cicatriz muy evidente por su amplitud debajo de la oreja derecha, que negaron o ignoraron en su totalidad los historiadores y amigos, la pregunte de rigor es ¿Porque el silencio? ¿Cuál es la causa? Zatti –dice en su libro-Hemos recorrido toda la iconografía de Carlos Gardel y encontramos evidencias notorias de esta señal, para lo cual exponemos en el presente libro diversas tomas fotográficas que corroboran esta afirmación. Además hay testimonios de amigos o conocidos que cuentan, como ser un señor llamado Antonio Filippo, que en una oportunidad Gardel sufrió un pequeño accidente en el rostro-mas precisamente en el entrecejo- mientras actuaba en el Cine Olavarria, de la Boca. Filippo se acerco y, al observar el rostro del cantor, vio-debajo de la oreja derecha- “un feite, para utilizar las propias palabras del amigo que despertó la curiosidad por indagar sobre este hecho.
El autor deduce por todo el material que dispone, puede aseverar que la herida se produjo entre 1909 y 1912, porque con anterioridad a estas fechas no se advierte ninguna marca en su rostro. Por esta denuncia, los Uruguayos a toman como argumento para reafirmar las tesis de los dos Gardel: uno Francés y el otro nacido en Tacuarembó, porque al cotejarla con la libreta de Enrolamiento no coinciden ciertos datos. En este documento de identidad leemos: “Talla: 1 metro 70 centímetros. Señas particulares: ninguna”. Pero aclaremos que estamos hablando de un documento hecho irregularmente , es que sabemos que esa Libreta era “trucha” (porque Gardel también fue un precursor en eso). Pero hablar de esto ultimo, seria irnos del tema en cuestión.
“No me escraches la parte fulera, viejo”, solía decir Gardel cuando quería disimular algo de su rostro que no le gustaba. ¿No le habrá dicho lo mismo al empleado que llenaba sus datos para la Libreta de Enrolamiento? ¿No habrá llevado una chalina, pañuelo o bufanda que cubriera su cicatriz? ¿No será que apenas le preguntaron “¿tiene alguna seña particular?” sin mirarlo detenidamente, y él-con cara de inocente y mirada pícara- respondió “nooo”? ¿No serian estas actitudes propias de su personalidad (más lógicas que los dos gardeles)?
Yo creo que quedan incógnitas abiertas, para futuras investigaciones. Una el como y por que de la cicatriz. La otra, hasta que punto podemos dar credibilidad a una Libreta de Enrolamiento.