15 de marzo de 2010

LOS GUAPOS DEL ABASTO

Los guapos del 900….exacerbación de la hombría, se jugaban la vida por cualquier motivo o razón a veces por un simple error de apreciación.
Como nacen estos personajes?: Por la mujer. El hombre por entonces ya era “ventajero”, ya que trataba de sacarle la mujer al otro y esto no se podía permitir, y para poder conservar su hembra, mas de una vez era necesario mostrar su guapeza, medir su valentía, que le permitiera ganarse el respeto, pero no fue fácil, muchas costumbres tuvieron que cambiar estos hombres, por ejemplo, no se permitían pensar en otra cosa, siempre estaba presente su condición. No podía si se le venìa en ganas, caminar junto a la pared, siempre por el cordón de la acera, porque de cualquier puerta podría recibir una puñalada certera. No podía caminar distraídamente como mirando las estrellas. Era hasta necesario mirar al punto que pasaba circunstancialmente a su lado fijando su mirada, sin esquivar la vista, no fueran a creer que rehuia alguna mirada retadora. Debían cuidarse de no beber en demasía para no perder el control, debía estar atento. Cuentan que un tal Gervasio Luna, uno de los grandes guapos del Abasto, una noche se encontraba algo ebrio, quiso tomar por mingitorio a un italiano que estaba en la calle, lo que le resultó trágico, ya que el gringo le abrió la barriga de una puñalada. En 1900 todavía estaba vivo el recuerdo de las hazañas, de Juan Moreira, de Juan Cuello y de Hormiga Negra. Sus andanzas, sus fechorías, hacían que muchos quisieran imitarlos y sobre todo aquellos que asistían a los centro donde se rendían culto a lo criollo, como el caso del Mercado de Abasto. Y es así que muchos guapos dejaron allí un nombre y una leyenda. Había guapos de toda laya, buenos y malos de conducta limpia y guapos que eran gente del hampa, sin códigos algunos. Aquel que demostrara su hombría de bien, el parroquiano de una fonda cualquiera le daba cabida en su medio, compartía la mesa y no por miedo sino por mera estimación, aunque supieran que vivían al margen de las leyes.Por nombrar algunos podemos recordar a Constancio Traverso, el “Zurdo” Porta, el “Morocho” Aldao, El “Noy”, “Maceta”, el “Tano” Chiquin”, Castro “Castrito”, “El Panadero”, el “Tano” Pascualin , Juan y Alejandro Lisa, el “Pardo Langanay y muchos mas podría agregarse a la lista.
Estos personajes, podrían decir “Yo soy toro en mi rodeo” y no completar el dicho de
Fierro, porque raramente salían del barrio. Sin embrago, en los anales del Abasto, se registran alguna que otra incursión y excursión de guapos. Por ejemplo, el “Títere” un guapo de Villa Crespo, de quien se recuerda una anécdota, cuando desafió a Tomas Giberti conocido como “Maceta”, en un reto muy particular ; disputar el titulo de guapo jugando al truco. Otro , José “Cielito” Traverso quien se fue hasta dos recreos palermitanos (“Hansen” y “El Tambito”) donde en una revuelta se hizo cargo de quien tenia costumbre de sacarle la mujer al buen hombre que había ido a divertirse un rato con su compañera. Este era un tal Juan Carlos Argerich, conocido como “Vidalita”, hijo de un legislador. Otro de los hechos destacados de los guapos del Abasto, fue el hecho de Cayetano Osuna, hombre con un prontuario por mas suculento, y precisamente no era un bebe de pecho, era un hombre de arma llevar y de no andarse con chiquitas, pero no se sabe el porque a ultimo momento no quiso enfrentar a “Noy”, no se sabe si fue por miedo conociendo la bravura de contrario o simplemente porque lo respetaba.

4 de marzo de 2010

Viejo Mundo

Noviembre de 1923 señala un hecho destacado en la trayectoria de Gardel: el viaje al Viejo Mundo, para debutar en el Teatro Apolo de la capital Española, Madrid, junto a José Razzano, con la compañía Rivera-De Rosas. Dos canciones (La provincianita y Mano a Mano) son suficientes para darles una carta de crédito detrás de los Pirineos, o sea en Francia, Paris, la ciudad de los apaches, de los pintores bohemios, de los cafetines sombríos, del Sena misterioso…, aplaude y consagra a los cancionistas criollos. Ese mismo Paris de Jean Barois, que el 25 de junio de 1935, suscribiera esta expresión: “Gardel cantaba acompañándose en la guitarra, mientras detrás de él cuatro guitarristas formaban una especie de fondo a sus tangos. Encantaba por su voz, por su rostro, que era hermoso, por sus aires, que reflejaban toda la tradición popular de la Argentina. La vida de Gardel es una bella canción; amaba la canción; no existía mas que por ella y para ella”
Se dice que antes de regresar a nuestra tierra, el Zorzal pasó por su casa natal en Tolosa (Francia). Ya en Buenos Aires, prepara otra gira por el interior del país. Gardel es un incansable viajero. En el hay permanentemente una vigencia del verbo volver, acaso porque tiene unas tremendas fuerzas para persistir, para retomar un camino andado o para iniciar una senda nueva. Tal vez por eso mismo, cuando cantaba el tema Lejana tierra mía, cuya autoria comparte con su amigo Le Pera, lo hacia con una misteriosa fuerza cautivante.
Lejana tierra mía
De mis amores
¡Como te nombro!
En mis noches sin sueño
Con las pupilas
Llenas de asombro,
Dime estrellita mía
Que no son canas
Mis esperanzas
Que tu sabes que pronto
He de volver
A mi viejo querer
Mientras tanto, digamos que transcurre el nacimiento y el desarrollo del Cine argentino, vehiculo en el cual paseara el tango sus valores, a veces con la voz de Ignacio Corsini, como en el caso de “Federación o muerte”, otras con las voces de Tita Merello o de María Esther Gamas y Carlos Vivan….Se suceden títulos de filmes que lo dicen todo: “El tango de la muerte”, “Milonguita”, “El guapo del arrabal”, “Alma en pena”, “La borrachera del tango”, otrora exitosa pieza de Elías Alippi y Carlos Schaeffer Gallo (con un tango homónimo de Adolfo Aviles), “Mientras Buenos Aires duerme”, “melenita de oro”, “El ultimo tango”, “Organito de la tarde”, “Perdón viejita”…hasta llegar a ¡Tango!, que resulta el primer largometraje nacional y que se estrena el 27 de abril de 1933.
Sabemos que Carlos Gardel también incursiono en la cinematografía. En la etapa que hemos mencionado su participación es, al principio, fugaz y tiene en contra su peso excesivo. En “Flor de durazno” (1916), con una temática basada en la novela de Hugo Wast (existe una versión posterior sonora); en “La Loba” (probablemente de 1918), en una serie de cortometrajes dirigidos por Eduardo Morera entre 1930 y 1931 hasta llegar, en 1931, a “Luces de Buenos Aires”. Que escapa la filmación nacional, ya que esta realizada en Jonville (Francia), interviene Gardel. Con respeto a la filmaciones en el viejo mundo lo dejamos para una próxima entrega.